J. de J. Rogelio Rodríguez Maldonado*
El planeta, la República mexicana, el estado de Tlaxcala y el recurso agua es definido por hidrólogos y especialistas en el tema del agua como un sistema complejo, primero por el número de interacciones; en segundo lugar, abierto por intercambiar materia, energía e información con el entorno; en tercer lugar, dinámico porque estas interacciones cambian en la matriz espacio–temporal y la relación agua–animal racional es definida en un estado estable dinámico, es decir, pequeñas perturbaciones pueden causar la inaccesibilidad y desaparición de este toral recurso natural.
El país en su conjunto y el estado de Tlaxcala enfrentan un sinnúmero de crisis multinivel y retos para sus habitantes, uno de vital importancia es la relación que establece el animal racional con el recurso hídrico, el agua en particular para los diferentes procesos productivos en general y para el consumo humano.
Una fuente primordial de agua para el animal racional es la precipitación pluvial (la lluvia), para el estado de Tlaxcala se ha estudiado este valioso elemento del ecosistema, en el estudio “Variabilidad climática en el estado de Tlaxcala sustentada por un modelo de simulación y pronóstico de precipitación”, empleando 14 estaciones climáticas con una serie de tiempo de 23 a 41 años se encuentran tres subsistemas: el primero constituido por las estaciones climáticas de Apizaco, Tlaxcala capital y Españita, con las mejores condiciones de precipitación y estabilidad, con lluvias por arriba de los 800 mm anuales; el segundo subsistema conformado por las estaciones de Atlangatepec, Calpulalpan, San Marcos Calpulalpan, Terrenate, Tlaxco, Ixtacuixtla, Lardizábal, Tocatlán y Zitlaltépec con precipitaciones menos estables y más sensibles, entre 500 y 800 mm anuales, con zonas menos productivas con respecto al subsistema uno. Y el subsistema tres con Huamantla y El Carmen Tequexquitla, con precipitaciones más vulnerables (sistema de lluvias con fluctuaciones estables) y zonas de bajo potencial productivo.
Las poblaciones asentadas en estos territorios están sujetas a estas dinámicas de precipitación y en la disponibilidad anual de este recurso, aunado al potencial productivo, el cual está relacionado con los recursos económicos que se pueden generar con esta precipitación.
Estos hallazgos son congruentes con una condición climática más amplia de la República mexicana y el estado de Tlaxcala, ambos sistemas van hacia la sequía.
Esta vulnerabilidad climática se suma a la vulnerabilidad del sistema de precipitación del estado de Tlaxcala, fuertemente ligada a los eventos océano–atmosféricos de El Niño y La Niña. Efectos que suman dos vulnerabilidades a la disposición por parte del animal racional y su acceso al agua, la vulnerabilidad del recurso agua y la vulnerabilidad de los factores involucrados en su disponibilidad.
Condición directamente proporcional a la huella hídrica (HH) nacional, estatal e individual. A mayor HH, mayor vulnerabilidad hídrica.
Indicador referente a la cantidad de agua, mal etiquetada como dulce, agua epicontinental (agua directa e indirecta; agua virtual) empleada en la producción de un producto y/o servicio, interna y externa, y/o de consumo a partir de tres tipos de agua: agua verde (de lluvia y deshielo), agua azul (superficial) y agua gris. Concepto y método propuesto por Hoekstra, A y Chapagain, A. (2008) del Instituto para la Educación sobre el Agua de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco–IHE). Así como una propuesta de red mundial para evaluar este nuevo indicador (The water footprint network, 2008). En otro esfuerzo internacional y complementario a los anteriores, la International Organization for Standardization (ISO) pone en marcha la ISO 14046:2014 gestión ambiental–huella hídrica, principios, requisitos y directrices. Este indicador coloca una magnitud de la huella hídrica promedio mundial en mil 243 m3/cápita/año. En un comparativo mundial, México muestra una HH de mil 441 y una HH externa del 30 por ciento. Estados Unidos de 2 mil 483 y HH externa del 19 por ciento; Francia, mil 875 y una HH externa del 37 por ciento; Reino unido, mil 245 y una HH externa de 70 por ciento y Canadá, 2 mil 49 y una HH externa del 20 por ciento.
La HH externa corresponde a agua que se emplea, de forma directa y/o indirecta, y se consume en un proceso productivo en un país extranjero y este producto lo podemos consumir en el país. O una fruta producida en la zona norte del país y que la podemos consumir en la mesa central. Algunos alimentos de consumo diario y otros consumibles muestran una huella hídrica de sorpresa nefasta.
Con estos datos, la metáfora de que el animal racional es agua, adquiere otra dimensión, al conocer que todos los productos de consumo, de consumo personal, familiar y en la población, esconden grandes cantidades de litros de agua en su producción. Por solo este motivo los consumidores universitarios, los ciudadanos y grupos organizados, como sugerencia, deben pensar dos veces sus pautas de consumo, el agua es finita, su uso y consumo es de vida o muerte para el consumidor.
En el análisis para la HH en México en el contexto de Norteamérica (2012) destacan algunos elementos a considerar en 2016, como la visibilidad de México en la décimo primera posición con mayor HH de producción y el octavo en consumo de agua en el mundo. El consumo es considerado moderado/per cápita, en la posición 49, con mil 978 m3/per cápita/año con 40 por ciento de los mexicanos con algún grado de desnutrición y la mayor parte de la HH, interna y externa la originan productos agropecuarios.
La producción de alimentos es costosa en recursos económicos e hídricos, ¿a qué mexicanos alimenta? ¿Sólo sirve para especular y generar pobres alimentarios?, entre algunas otras preguntas que se pueden elaborar a partir de estos datos.
Los rendimientos de los cultivos en México son inferiores al promedio mundial y la HH/Ton. es mayor, es un ineficiente sistema productivo y la producción va a la exportación y la demanda de agua, compromete la existencia de los ecosistemas en los cuales y de los cuales vivimos.
El sistema se define por los especialistas como dinámicos y es confirmado por los datos de 2009 como la segunda peor sequía en 60 años. En el país, 2010 fue considerado como el año más lluvioso en los registros y 2011 como la sequía más severa en 70 años.
Hasta aquí de aportar información a la sociedad y ahora pasemos a su empleo: si en verdad este sistema es dinámico, como lo propone la teoría y los datos, ¿que está organizando la administración estatal y las 60 administraciones municipales?, si existiera el caso remoto de estar interesados por la población que les aporta recursos económicos, ¿cómo se coordina la sociedad organizada y no organizada?, para hacer frente a este escenario de escasez de agua y con un número no estimado de potenciales pérdidas humanas, como tú lector y como yo.. ¿Existe una oficina estatal que investigue y trabaje esta toral relación y lleve a cabo acciones preventivas para evitar la pérdida de vidas humanas, del deterioro y extinción de los nueve a 11 ecosistema? que constituyen al estado de Tlaxcala y de los cuales sus habitantes son un subsistema. ¿Cuál es el papel de los partidos políticos y diputados estatales al tener una agenda de acciones, hídrica o no?, Muchas preguntas sin respuestas o poco trabajo real versus el trabajo simulado.
Parafraseando al distinguido Dr. Ritter Ortiz del Centro de Ciencias de la Atmósfera–UNAM: parece que estamos diseñados por el enemigo…
Es clara la urgente necesidad de una agenda hídrica ciudadana para la gestión integral del recurso hídrico, PARA EL CONSUMO HUMANO, en ciudades y ambientes urbanos.
*Maestro en Ciencias, Candidato a Dr. en Ciencias (Biología) por la Facultad de Ciencias de la UNAM, Académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias sobre el Desarrollo Regional, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.
"Distribución de la precipitación pluvial–vulnerabilidad y huella hídrica"
J. de J. Rogelio Rodríguez Maldonado
Artículo publicado en:
La Jornada de Oriente 13-12-2016