Divulgación Científica

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CENTRO DE INVESTIGACIONES INTERDISCIPLINARIAS SOBRE DESARROLLO REGIONAL

Maestría en Análisis Regional     Doctorado en Estudios Territoriales

Jaime Ornelas Delgado*

Hay quienes afirman que estamos llegando al fin la globalización y de la modalidad neoliberal del capitalismo. Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, afirma de manera contundente: “La globalización como meta–relato, esto es, como horizonte político ideológico capaz de encauzar las esperanzas colectivas hacia un único destino que permitiera realizar todas las posibles expectativas de bienestar, ha estallado en mil pedazos. Y hoy no existe en su lugar nada mundial que articule esas expectativas comunes. Lo que se tiene es un repliegue atemorizado dentro de las fronteras y el retorno a un tipo de tribalismo político, alimentado por la ira xenofóbica, ante un mundo que ya no es el mundo de nadie” (“La globalización ha muerto”, La Jornada, 28/ 12/16: 13.).
La afirmación del vicepresidente boliviano no carece de razones y conviene reflexionar sobre algunos acontecimientos que muestran un cambio trascendente en el mundo y, por supuesto, en México.

No está por demás recordar que cuando las relaciones de producción obstaculizan el proceso de acumulación de capital, cuando el modo de producción enfrenta dificultades para reproducirse, sobrevienen cambios que permitan continuar la expansión del sistema. Así ocurrió al momento en el que la modalidad estatista del capitalismo dejó de estimular el desarrollo del modo de producción, con lo que surgió el neoliberalismo que impuso una nueva forma de la reproducción y dominación del capital.
Los primeros signos de las dificultades del proceso de acumulación fundamentado en el mercado se pudieron observar en el estallido y profundización de la crisis de 2008. Sus efectos negativos sobre los trabajadores, que cargaron con el peso de la crisis mientras se concentraba el ingreso de manera nunca vista, provocaron el aumento de la oposición política a la globalización neoliberal. Más tarde, el referendo sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, estuvo marcado por preocupaciones sobre la inmigración y los tratados comerciales desventajosos; finalmente, el triunfo de Trump devolvió el discurso del proteccionismo en Estados Unidos y surgieron manifestaciones de inconformidad contra los acuerdos comerciales en Europa.
El aumento de la oposición política a la globalización neoliberal, coincidió con un periodo de reducción del comercio mundial, que entre 1986 y 2008 aumentó a un ritmo de 6.5 por ciento, mientras que entre 2012 y 2015 esa tasa se redujo hasta situarse en 3.2 por ciento, y se calcula que en 2016 el crecimiento haya sido 1.7 por ciento. Entre los factores que provocaron el estancamiento del comercio mundial se encuentran: la disminución del crecimiento de la economía china y el estancamiento en la Eurozona,
Ante esta situación, la respuesta de diversos gobiernos ha sido aumentar la aplicación de medidas proteccionistas. Así, con la finalidad de proteger a la economía interna los gobiernos han acudido a los aranceles y las restricciones a las importaciones. Algunos datos muestran que los gobiernos de todo el mundo han casi doblado la utilización de distorsiones comerciales en los últimos dos años. Lo interesante es que la globalización y el libre comercio están bajo asedio de la derecha y de la izquierda, pero la salida que prevalece es hacia la derecha, de ahí la urgencia de diseñar una alternativa popular que favorezca a los trabajadores.

*Doctor en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Investigador y profesor del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias sobre Desarrollo Regional (CIISDER). Integrante del Cuerpo Académico: Análisis Regional y Estudios Metropolitanos. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II

"¿Fin de la globalización neoliberal?"
Jaime Ornelas Delgado
Artículo publicado en:
La Jornada de Oriente 17-05-2017